mascareta

Buenas tardes,

¿Cómo han ido estos primeros días de desconfinamiento? ¿Cómo han ido las reencuentros? ¿Qué has pensado? ¿Qué has sentido?
Cierra los ojos un momento y busca tu respuesta.

Probablemente, alegría, felicidad, agradecimiento, plenitud... incomodidad... Sobre todo en los primeros momentos. ¿Cómo nos saludamos? ¿A qué distancia permanezco? ¿Me puedo quitar ahora la mascarilla? ¿Y si la otra persona no respeta las normas que nos han recomendado? ¿Qué hago?
Seguramente estas preguntas no te vienen de nuevo. Todos nos las hacemos estos días en un momento u otro. La nueva forma de relacionarnos es un reto para todos, supone un aprendizaje. Y una gran oportunidad para poner en práctica muchas cosas que hemos practicado en nuestros talleres del C19: la atención, la escucha activa, el respeto por la diversidad emocional, la empatía, el poner límites y decir no cuando queremos decir no, el cuidarnos y cuidar a los demás... y la asertividad. Recuerde el día que trabajamos los estilos de comunicación?
Porque ahora nos encontraremos en situaciones en que cada uno vivirá y cumplirá las normas sanitarias a su manera. Unos recortarán distancias, porque no ven tanto peligro, otros necesitarán ampliar, unos no se quitarán nunca la mascarilla y otros quizás no se la querrán poner... y por el bien de todos, tendremos que gestionar estas situaciones tan bien como podamos. Y la forma más sana será hablando y siendo asertivos. Expresando o pidiendo lo que necesitan con las palabras correctas, con calma, con un volumen de voz tranquilo, mirando a los ojos, sin atacar al otro...
Hoy os quiero invitar a compartir con los demás las dificultades que tiene con estas nuevas normas, a verbalizarlas, ya expresar lo que necesitáis, oiga y desea de una manera amable y clara, sin esperar que los demás os adivinen el pensamiento, a ser asertivos.
Expresar lo que necesitamos no siempre es fácil. A menudo nos sentimos presionados por la situación, tememos un conflicto o que nos juzguen. ¿Qué pensarán los demás de mí si digo o hago esto? ¿Recuerdas las preguntas que hice cuando hablábamos de la necesidad de aprender a decir que no a principios de curso?
¿Qué necesidades propias olvides cuando aceptas una situación en la que no te sientes cómodo, cuando dices que sí quiere decir no?
¿De qué tienes miedo cuando lo haces?
¿Qué emociones te despiertan cuando no eres fiel a ti mismo?
¿Qué consecuencias tienen tus falsos síes?

Hoy te propongo dos actividades para entrenar la asertividad.
ACTIVIDAD 1
Cerrar los ojos y visualizar la situación en que nos cuesta ser asertivos, y vernos siendo asertivos.
Ver la situación con todo detalle. Visualiza la dificultad que sientes. Y luego como la gestionas con asertividad. Qué palabras dices, con qué tono de voz...
Puedes explicarle a la otra persona para que necesitas una cosa u otra, pero no hay que dar largas explicaciones ni justificarte. Tienes derecho a sentir lo que sientes.
Puede que al principio te cueste ser asertivo. Es normal. Poco a poco lo harás con más naturalidad.
En algunas situaciones, nos puede ayudar pensar en alguien que sea asertivo o diplomático. ¿Cómo lo haría esa persona?

ACTIVIDAD 2
Coge papel y bolígrafo y imagínate cómo serán tus relaciones en el futuro. Cuál es la mejor relación que te puedes imaginar?
Escribe durante 15 minutos como es esta relación en la que tú eres tu mejor versión. ¿Cómo te comunicas? ¿Cómo te comportas cuando estás con los demás? Describe con todos los detalles posibles.
Sé tan creativo e imaginativo como quieras. Darle forma a esa idea es el primer paso para hacerla posible.
Hay estudios que demuestran que las personas que hacen este ejercicio durante 15 días seguidos se sienten mejor y mejoren sus relaciones.
Por último, recuerda: somos humanos, no siempre podemos ofrecer a los demás nuestra mejor versión. Cuando te equivoques, perdónate y ámate.

¡Mañana será otro día!

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